TIPOS DE PIEL

¿Cómo reconocer mi tipo de piel?

El tipo de piel son las características del cutis determinadas por la secreción de las glándulas (grasa y agua) que produce una apariencia y necesidades cosméticas concretas para mantener la salud y sacar el máximo partido a su belleza.

Los tipos de piel están determinados genéticamente. No son eventuales, sino fijos aunque pueden variar con el envejecimiento, nuestra forma de vida y cosméticos utilizados a diario. Los tipos de piel se pueden clasificar en: 

PIEL NORMAL

Se caracteriza por el balance perfecto de grasa y agua, el equilibrio de manto hidrolipídico perfecto. Las espinillas y puntos negros no son frecuentes ni comunes. Este tipo de piel es generalmente suave, lisa, firme y tiene poros pequeños. No contemplamos ni brillos, ni sequedad, ni deshidratación, sino un equilibrio perfecto.

PIEL GRASA

Es la que tiene un nivel de grasa superior al adecuado. Se caracteriza por el brillo en la piel, la presencia constante de puntos negros y los poros más dilatados, que además con el tiempo tiende al descolgamiento (pérdida de firmeza) y la consecuente pérdida de la armonía del óvalo facial.

PIEL SECA

La piel seca es la que tiene un nivel bajo de lípidos (grasa natural) presentando pequeñas escamas “pielecitas” en alguna zona, tiende a descamarse y a tener poros pequeños de difícil limpieza. La tirantez y la falta de confort es característica.

Si no se le dan cuidados apropiados presenta una apariencia quebradiza, fatigada, desnutrida, con falta de resplandor y vitalidad, tendiendo a la aparición de arrugas, lo que se ve agravado en los contornos de los ojos.

PIEL MIXTA

Es la más difícil de tratar. Es la que tiene una combinación de zonas secas y grasas, e incluso algunas normales. Se identifica por la famosa zona T grasa (frente, nariz y barbilla) y mejillas secas, contornos de ojos secos y laterales del rostro como la zona de la sien secos.